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Hoy voy a hablarte sobre la prueba del 10 para tus problemas. Hace unos años se viralizó un video motivacional que hizo famoso a su autor, Emilio Duró, en el que entre otras cosas cuenta cómo, siendo directivo de una empresa alimentaria, acabó en una ambulancia con una fuerte taquicardia tras comprobar que un error suyo había provocado que caducara un palé de yogures 🚑

Duró recuerda que, camino del hospital, envuelto por el aullido de las sirenas y con todos los síntomas de un infarto, pensó: “Si me muero por culpa de semejante tontería, me estará bien empleado por gilipollas” 😩

El episodio parece una escena de una comedia francesa, pero en estos tiempos que nos tocan vivir, cosas así suceden cada día.

Afortunadamente yo nunca he salido del trabajo en ambulancia, pero rara es la semana en la no convertimos un problema laboral menor en un auténtico drama que trae consigo insomnio, pesadillas, mal humor, inseguridad, frustración o autoaislamiento.

Es normal que algunas cosas no salgan como esperamos

¿No te ha pasado que te has llevado a casa un disgusto por una bronca en el trabajo para descubrir al día siguiente que tu jefe ni siquiera se acordaba de ello?

Que algunas cosas no salgan como esperábamos es algo normal. Siempre lo ha sido. Ventas que damos por seguras se pueden torcer en el último momento. Todos olvidamos en ocasiones tareas importantes, hasta el más perfeccionista y competente mete la pata de vez en cuando e incluso el profesional mejor valorado recibe alguna vez un trato injusto. Todo esto es normal; lo que no es normal es que problemas cotidianos condicionen nuestra vida personal hasta el punto de que nos impidan ser felices o que dependamos del Prozac para seguir adelante. Los somníferos y los ansiolíticos son una bendición para muchas personas 💊💊 pero no parece razonable tener que recurrir a ayudas extraordinarias para afrontar los pequeños baches del día a día.

Descubre la Prueba del 10 para tus Problemas

En este mundo extraño, excesivo e imposible que entre todos nos hemos inventado tenemos que relativizar la importancia de nuestros problemas para sobrevivir. Te ofrezco aquí un método que a mí me funciona. Cuando surja el cenizo o el nubarrón imprevisto de cada día, hazte estas preguntas:

1️⃣ ¿Esto me va a preocupar dentro de 10 minutos?
Si la respuesta es No, olvídalo; si es que Sí, pasa a la siguiente pregunta:

2️⃣ ¿Me va a preocupar dentro de 10 días?
Si la respuesta es No, es porque la solución no es complicada; si es que Sí, pasa a la siguiente:

3️⃣ ¿Me va a preocupar dentro de 10 meses?
Si respondes No, es porque la solución está a tu alcance; si es que Sí, pasa a la última pregunta:

4️⃣ ¿Esto me preocupará dentro de 10 años?
Si la respuesta es No, es porque sabes que lo vas a solucionar al fin y al cabo; si es que Sí, entonces es el momento de buscar ayuda.

En cualquier caso, después de repasar mis mayores crisis laborales en más de treinta años, la conclusión es que nunca habría llegado a la pregunta número 3, así que relájate y disfruta del día y del resto de tu vida. Déjame acompañarte y ayudarte con mi experiencia personal.

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